Capítulo 195

Diego mantenía una actitud serena y segura, como si lo entendiera todo perfectamente y estuviera convencido de ello. Adrián lo pensó un momento. Adrián también llegó a la misma conclusión. Ximena, como mucho, era obstinada al hablar; en el pasado, a ella le importaba mucho el jefe Diego, y eso no era algo que a él se le escapara. Aunque se divorciaran, no era tan fácil dejar de amar de un día para otro. Ximena solo estaba fingiendo fortaleza. Quizás, al final, terminaría guardando las cosas del jefe Diego como si fueran tesoros. Diego estaba a punto de levantarse cuando doña Lorena lo llamó por teléfono. Él se frotó el entrecejo y contestó: —¿Ya comió usted? Doña Lorena resopló: —¿Todavía te acuerdas de preocuparte por mí? Diego aflojó un poco la corbata, con una leve sonrisa: —Con todo respeto, me está acusando injustamente. —¡Deja de bromear! —replicó doña Lorena, molesta—. Estos días ni siquiera has vuelto a la casa de los Ruiz, y desde San Valentín ni tú ni Xime han dado señales de