Capítulo 122
—¿Para mí? Señor Cipriano, no comprendo a qué se refiere.
Cipriano conducía con seriedad y un tono sosegado. —Señorita Belén, no necesita entenderlo ahora.
—Eres joven, debes limitarte a tus propios asuntos. El presidente Oscar organizará el resto para la señorita Belén.
Belén se sentía desconcertada, incapaz de entender lo que Cipriano intentaba decirle.
De cualquier manera, aquellas cosas no tenían relación alguna con ella.
Belén volvió a Casa Bosque, depositó el saco que llevaba y lo arrastró hasta un garaje en el patio trasero, uno que Oscar usaba raramente.
Verónica ya había preparado la cena. —Señorita Belén, ¿qué eran esas cosas de antes? No debería traer cosas a Casa Bosque sin más, lo de fuera no está limpio.
Belén comía el arroz en su plato. —Eran cajas de cartón y botellas de plástico que recogí. En el futuro, si hay algo reciclable en casa, déjalo en el garaje y luego lo cambiaré por dinero.
Verónica quedó sin palabras. —Señorita Belén, ¿sabe lo que está haciendo? Parece qu

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