Capítulo 170
El dolor era tal que ya no quedaba rastro de misericordia en su corazón.
Hernán, temiendo que Yaritza hiciera algo impulsivo en un momento de desesperación, se mantuvo siempre muy cerca de ella. Al verla sufrir tanto, se sentía desgarrado, recordaba cuánto le dolía ver llorar a su amada madre, Camila.
—Yari, no llores, todo va a mejorar, todo va a mejorar...
Enfrentados a la muerte, las palabras de consuelo a menudo parecen inútiles, y Hernán no podía hacer más que repetirlas una y otra vez.
Yaritza también deseaba que todo mejorara, pero ¿cómo podrían regresar los que ya han muerto?
El dolor en su pecho la hacía temblar incontrolablemente, se giró y se lanzó hacia los brazos de Hernán: —¡Hernán, Daniela no va a volver! ¡Debe haber sufrido mucho, debe haber sido muy doloroso!
Ella sabía que Daniela había sufrido, tanto su cuerpo como aún más su corazón.
—Yari, no estés triste, Daniela seguramente no querría verte así. ¡Yari, tienes que ser fuerte!
Hernán acariciaba suavemente la espald

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