Capítulo 26

—En esos días llovía mucho. El aire estaba tan húmedo que su pierna volvió a dolerle. Me ofrecí a ir yo por Jairo, pero él se negó. —Cuando se fue, ya tenía un presentimiento extraño, pero nunca imaginé que sería la última vez que lo vería. Sofía levantó la cabeza; los ojos ya se le llenaban de lágrimas. —Matías, ¿puedes decirme por qué ese día Alicia quiso burlarse de mi padre? ¿Y por qué tú permitiste algo tan cruel, tan absurdo? Su grito rasgó el aire. Desde la muerte de Daniel, Sofía solo había llorado una vez. Pero ahora, tres años después, todo estalló. Matías la miraba, con el corazón hecho trizas. Sus labios se movieron, pero no salió ninguna palabra. ¿Cómo podía decirlo? ¿Decirle que Alicia, al ver el auto moverse, creyó que ellos estaban juntos dentro, y por celos provocó aquella tragedia sólo para advertirle a Sofía que no se metiera con los hombres que ella deseaba? ¿O confesarle que él, por orgullo, permitió aquella humillación para demostrarle al mundo cuánto la desprecia