Capítulo 57

Melchor era la cara visible de Aurora Entertainment, mientras que Carolina contaba con el respaldo de Grupo Brisalia. Fuera cual fuese el caso, ninguno de los dos era alguien a quien el director Ernesto pudiera ofender. Carolina notó su vacilación y, sin querer ponerlo en un aprieto, dijo: —Director Ernesto, solo necesito las grabaciones de las cámaras de seguridad y los videos de la filmación. Yo misma revisaré los resultados; lo demás no tendrá nada que ver con usted. Se giró, y su mirada fría recorrió a Melchor y a Lilia. Una mirada sin el menor rastro de calidez, tan cortante que los hizo tensarse. —Sea verdad o mentira, culpable o inocente, hay que aclararlo. ¿No lo cree así, señor Melchor? Él arrugó la frente, solo miraba aquellos hermosos ojos de ella, que antes habían sido sus favoritos. Siempre reflejaban con claridad su propia imagen. Pero ahora, aunque aún podía ver su sombra en ellos, era como si estuviera encerrada en un pozo helado, condenada a no volver a ver jamás la lu