Capítulo 227

Lorena dio un paso atrás y, sin querer, hizo un ruido. La mirada de Pedro se desvió hacia ella. A través de la estrecha rendija de la puerta entreabierta, sus ojos se cruzaron de repente; la oscuridad en los de él aún no se había disipado, y en ese momento mostraban una expresión que parecía una sonrisa, pero no lo era del todo. Lorena se sintió un poco incómoda, así que simplemente empujó la puerta del cuarto y entró directamente. Gabriel, al verla llegar, mostró en su rostro una expresión de locura instantánea. —¡Maldita mujer! ¡Todo es por tu culpa! Si no fuera por ti, ¿cómo habría acabado así? ¡Todo es culpa tuya! Lorena respiró hondo y, bajo la mirada de Pedro, le dio una patada directamente en la cabeza a Gabriel. La cabeza de Gabriel giró hacia un lado, escupiendo varios dientes, su boca llenó de sangre. Lorena había visto tantos casos de intrigas laborales que sabía perfectamente qué debía hacer en ese momento. Rápidamente expresó su lealtad a Pedro: —Señor Pedro, no me atreví