Capítulo 370
Su rostro mostraba una satisfacción desbordante. Esa sensación de arrogancia, amparada por el respaldo de alguien, era como una daga clavándose en el corazón de Lorena.
Su ánimo ya estaba tenso. Al oír eso, le lanzó la silla a Patricia sin pensarlo.
Todo sucedió tan rápido que los policías no tuvieron tiempo de reaccionar.
Patricia no alcanzó a esquivar el golpe. Al instante, una herida apareció en su frente; incrédula, se llevó la mano a la herida y estuvo a punto de desmayarse.
—Lorena, ¿te atreviste a lanzarme una silla?
Los agentes intervinieron de inmediato para sujetar a Lorena. —Señora, si sigue así, ¡tendremos que detenerla!
No era la primera vez que ella resultaba herida por Lorena; sus ojos, llenos de resentimiento, se entrecerraron y apretó los labios con fuerza. —Muy bien, ya verás, yo misma te meteré en la cárcel.
Sacó el celular y llamó a Pedro.
Pedro contestó y escuchó su llanto.
—Tío, me han herido, tengo mucha sangre en la frente.
La cara de Pedro permaneció serena, pe

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