Capítulo 399

Después de decir esto, se dio la vuelta y se marchó. Este comportamiento no encajaba en absoluto con la personalidad de Patricia; ella despreciaba tanto a Lorena, y ahora que tenía la oportunidad, la dejaba ir fácilmente. Lorena se sentía algo intranquila, y escuchó a Liliana soltar una burla: —De verdad, no sé con qué cara te atreves a presentarte en este tipo de eventos. Ella había dejado ir a Lorena, pero Liliana no pensaba hacer lo mismo. Se acercó, levantó la mano y estuvo a punto de cachetearla. Lorena le sujetó la muñeca, impidiendo que lo hiciera. Liliana se enfureció y recién entonces notó que ella tenía mucha fuerza: ni siquiera podía zafarse. —¡Lorena, suéltame! ¡Si no lo haces, haré que venga mi hermano! Lorena sí la soltó, pero Liliana, que había forcejeado con tanta fuerza, dio varios pasos hacia atrás y enseguida cayó al suelo. Esa noche llevaba un vestido de falda amplia, así que al caer, el escándalo fue considerable. El rostro de Liliana se tiñó de rojo, apretó los la