Capítulo 415

Andrea ahora mismo estaba en una situación en la que no podía avanzar ni retroceder; jamás habría imaginado que Alejandro pudiera llegar a ser tan irracional. En su mundo, no existía nada que él no pudiera conseguir y, desde pequeño, tampoco había experimentado ningún fracaso. Respiró hondo y, dirigiéndose a Pilar, que estaba fuera, dijo: —Mamá, si tienes algo de lo que quieras hablar, mejor déjalo para mañana. Estoy un poco cansada, y pensaba irme a dormir después de bañarme. Pilar suspiró, sabiendo que Andrea guardaba cierto resentimiento en su corazón por el asunto de la mudanza. Pero no había alternativa; aunque la situación se repitiera, ella y la familia Gutiérrez tomarían la misma decisión. Andrea era obediente, pero al fin y al cabo, no era sangre de los Gutiérrez. —Está bien, Andrea. Tu padre y yo nos encargaremos de tu boda con tu novio. Cuando te cases, nadie de fuera se atreverá a hablar mal de ti, y tampoco te señalarán por estar con Ale. Ya tenemos la fecha elegida; mañan