Capítulo 440
A la mañana siguiente, Juan se levantó muy temprano.
Bruno, al ver las profundas ojeras bajo sus párpados, supo de inmediato que no había pegado ojo en toda la noche.
—Juan, tú...
Él esbozó una sonrisa forzada, temiendo romper a llorar, y enseguida se frotó las mejillas.
—Don Bruno, voy a salir ahora mismo, no desayunaré con usted. Cuídese mucho. Adiós.
Se fue apresuradamente, como si realmente tuviera algo muy urgente que hacer.
Aun así, Bruno no se atrevió a preguntarle si había visto aquella pequeña línea de texto.
...
Costadorada.
Al día siguiente de la partida de Juan, Lorena recibió una llamada de Sara.
Sara estaba sumamente alterada, llorando sin parar al teléfono. —Lorena, Juan está desaparecido. He intentado llamarle, pero no responde. Me dijo que iba a tu pueblo a buscar medicina china para ti. Tienes que hacerte responsable de su seguridad. Si mi hijo nace y no tiene padre, nunca te lo voy a perdonar.
Lorena arrugó el entrecejo; colgó de inmediato y llamó a Juan.
Al otro lad

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