Capítulo 449

Los labios de Liliana temblaban; tenía los ojos enrojecidos y la voz a punto de quebrarse. —¡Tú hiciste que Salvador desterrara a Zacarías, le arruinaste la vida para siempre! No imaginé que la dueña de este número eras tú, ¡eso significa que todo esto fue una trampa tuya! ¡Lorena, te odio con toda mi alma! Sus ojos rebosaban de odio, pero al ver el cuchillo en manos de Lorena, retrocedió aterrada. Lorena se agachó a su altura y la miró a los ojos. —¿De verdad no has tenido contacto con Patricia? El rostro de Liliana se tensó; ¿cómo podía no haber contactado con Patricia? Lorena quiso seguir preguntando, pero de pronto vio que, bajo el porche, había una persona de pie, como si acabara de salir. Era Ignacio. Se incorporó de inmediato, arrojó el cuchillo de vuelta al auto y le indicó a Arturo. —Vigílala bien, voy a hablar con Ignacio. Arturo también había visto al hombre parado a unos diez metros. Un escalofrío le recorrió la nuca y apretó el puño junto a su cuerpo. Lorena fue hacia Igna