Capítulo 460
Ella la odiaba tanto que los ojos se le enrojecieron, y las uñas de sus dedos se clavaban con fuerza en el suelo, hasta romperse, dejando una hilera de marcas ensangrentadas.
No iba a perdonar a Lorena, si lograba sobrevivir.
¡Si lograba sobrevivir!
...
Lorena condujo de regreso a la villa de Juan y preguntó a todos los empleados, descubriendo que él aún no había vuelto.
Empezó a preocuparse y, justo cuando estaba a punto de llamar a la policía, vio a Juan entrar desde afuera.
Parecía que no había pasado nada.
Respiró hondo y le preguntó: —¿Dónde has estado? ¿Sabes que Sara te está buscando? ¿Y qué significa ese mensaje que enviaste?
Juan no esperaba verla allí; en sus ojos cruzó un destello de sorpresa, seguido de cierta confusión. —¿Qué mensaje?
Lorena entonces sospechó que quizás había sido Sara quien envió el mensaje usando su teléfono.
—No es nada. ¿Dónde has estado? Ni siquiera llevabas el teléfono.
Juan, que en ese momento se cambiaba los zapatos en la entrada, respondió con ton

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