Capítulo 498

Para sorpresa de todos, no había nadie en la puerta del Registro Civil. Hasta que el auto se detuvo frente a una de las casas más apartadas y discretas, fue cuando ella se dio cuenta de que Pedro había elegido un lugar alejado para tramitar el certificado de matrimonio. Dentro, los empleados del Registro Civil ya estaban esperando; el hombre que estaba más cerca de la entrada no dejaba de sudar, secándose una y otra vez la frente con un pañuelo de papel. Lorena, al ver que los empleados revisaban sus documentos, no pudo evitar decir una frase: —No estoy aquí por voluntad propia. La mano que sostenía el sello se detuvo apenas un instante, pero actuó como si no hubiera escuchado nada. Cuando llegó el momento de tomarse la foto, a ella y a Pedro los invitaron a pasar a otra sala. Todos los guardaespaldas se quedaron afuera, mientras que los empleados ni siquiera se atrevían a mirarla. Cuando la cámara apuntó hacia ellos, Lorena volvió a decir: —¿No lo notan? No estoy aquí por voluntad pro