Capítulo 537

Al terminar de limpiarlo, ella soltó un largo suspiro de alivio, lo cubrió con la manta y alzó la mirada hacia él. —¿Te sientes un poco mejor? En los ojos de ella había una franqueza tal, tan abierta, que a él le daban ganas de rechinar los dientes de rabia. Él no respondió; giró la cabeza y miró hacia la ventana. Lorena realmente no entendía por qué se había vuelto a enfadar, y eso hizo que ella también se molestara. Tiró la toalla en el balde, se levantó y se marchó. Era realmente difícil de complacer; estaba lleno de puntos sensibles, y nunca se sabía cuándo podía pisar uno. Cuanto más lo pensaba, más se enfadaba. Al salir por la puerta de la habitación, justo se topó con una de las empleadas que subía las escaleras. La cara de la empleada se iluminó con una sonrisa. —Señora Guzmán, la comida ya está lista. Baje usted primero a comer algo, está en su periodo, así que le preparamos una sopa especial. Lorena no tenía nada de apetito; estaba llena de puro enojo. —No quiero comer, lléve