Capítulo 559

Una persona apareció lentamente detrás de la lona que colgaba; al igual que aquel hombre vestido de negro en Jardines de la Paz, parecía incapaz de soportar la luz, pues todo su cuerpo estaba envuelto en sombras, dejando al descubierto solamente un par de ojos agudos. Pedro no lo miró a él, sino que dirigió la mirada hacia las densas placas conmemorativas dentro de la capilla. Esa persona se acercó unos pasos, hizo una reverencia y luego se arrodilló sobre una sola rodilla. La mirada de Pedro se apartó de las placas y se posó en la persona arrodillada ante él. Sus labios se movieron dos veces antes de dejar escapar una leve risa. —Muéstrame tu cara. El otro se quedó perplejo, bajó la cabeza otra vez, como si no hubiera oído esas palabras. Pedro se inclinó ligeramente y le quitó la capa que le cubría la cabeza. Debajo de la capa había cabello negro, y debajo del cabello negro, una máscara negra. —Levanta la cabeza. La persona arrodillada levantó la cabeza lentamente, con la misma mirada