Capítulo 563

Lorena dudaba una y otra vez en su interior: No debería ser así, no debería ser así. ¿Acaso Ignacio ya sabía que ella estaba casada? Tan pronto como surgió esta suposición, sintió que toda la sangre de su cuerpo se enfriaba. Se esforzaba por abrir los ojos, pero una opresión aún mayor la envolvía; parecía seguir dentro de aquel horno. —No te enojes, la pulsera sigue aquí. Ella lo calmaba, y luego empezó a sentirse adormilada. Así que, de repente, sus posiciones se invirtieron; él no usó la fuerza de antes, ni mostró pasión desbordada. Esta vez fue como una brisa primaveral y una lluvia fina, sin dejar huellas. Al terminar, Lorena sintió que no había quedado satisfecha. Sintió que esa noche, él no había dado todo de sí. No estaba contenta. Incluso el tiempo fue más corto que antes, y ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar. Una toalla caliente recorrió su cuerpo; él parecía percibir la queja que emanaba de ella, y su tono fue muy suave. —No tienes buena salud. Estaba bien. Resultó que él