Capítulo 731
Él alzó ligeramente la mirada, curvó los labios y dijo: —Gracias.
Ella solo lo había comprado de pasada en el camino, pero en ese momento, curiosamente, logró consolarlo.
Ella se levantó, cambiando de tema. —Voy a buscar un florero.
Pedro permaneció sentado, sin moverse, observándola mientras iba hacia el vestíbulo a buscar un florero e incluso detenía a los sirvientes para preguntarles.
Su mirada se posó sobre las flores y, alzando la mano, las acarició con suavidad.
Lorena encontró pronto el florero, recortó las ramas con unas tijeras, añadió un poco de agua y colocó las flores dentro.
Pero justo después de terminar todo eso, llegó gente de la casa de los Guzmán a Jardines de la Paz. Aun así, fue Pedro quien tuvo que ir al monasterio a encargarse de los asuntos póstumos de Claudia.
El rostro de Pedro se nubló.
Lorena tampoco se sentía bien. Pensaba que Iván había insistido en que Pedro fuera solo para hacerlo sufrir.
Ahora, en el círculo social, todos decían que, por haber estado con

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