Capítulo 863
Don Eugenio respiró profundo, aferrando el bastón con ambas manos. —¡Fuera! ¡Largo de aquí! No te metas en los asuntos de la familia Guzmán, de lo contrario no tendré cómo rendirle cuentas a Silvio.
Los negocios de la familia Castro en el extranjero dependían por completo de la familia Hernández, y la familia Hernández era la tirana en aquellas tierras.
Rubén respondió con un distraído ajá.
Al salir de la vieja mansión, su ánimo era pésimo.
Por un lado, gran cantidad de gente lo llamaba para preguntarle sobre lo de la familia Guzmán.
Por otro, estaba todo ese asunto de Esthercita.
Siempre que volvía a la casa familiar, don Eugenio se ponía a repetir lo mismo sobre Esthercita, lo que ya lo tenía harto.
Había apagado el celular y, sin más, condujo directo hasta el estudio de Rosario.
No esperaba que ella no estuviera allí.
La gente del estudio, al verlo llegar, no se mostró muy entusiasta, aunque aun así le informaron de su paradero.
—La jefa Rosario está con el equipo de rodaje, acompañ

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