Capítulo 17

Regina regresó distraída a la casa de los Gómez. Elena ya había recibido al abogado Ramón y, de vuelta en la casa de los Gómez, incluso había preparado una mesa llena de deliciosos platillos. Todos eran los que le gustaban a Regina. Al pensar en la comida que había tenido que comer últimamente en la casa de los Suárez, el estómago de Regina comenzó a revolverse con cierta acidez. Ella abrazó cariñosa a Elena. —Mamá, tú sí que eres la mejor. Al notar el dejo de queja en el tono de Regina, Elena la miró con cierta picardía y dijo en un tono burlón: —¿Qué pasa? Esa familia Suárez es tan poderosa, ¿acaso no permiten que mi hija coma lo que quiere? Una broma ligera, pero que justo tocó la fibra sensible en el adolorido corazón de Regina. No es que la familia Suárez no le dejara comer lo que deseaba. Simplemente Fabiola, con el afán de exhibir su estatus y posición, exigía que Regina siempre se sentara a la mesa en cada comida. Fabiola utilizaba esos platillos para tratar de incomodar a Regi