Capítulo 48

Alonso envió la dirección al celular de Elena. Regina lo miró con inquietud. —¿En serio mi mamá está bien? Alonso dejó el celular a un lado y sujetó con fuerza los hombros de Regina con ambas manos. —Si yo digo que está bien, entonces está bien. ¿Confías en mí? Al ver aquella mirada tan decidida, aunque Regina aún sentía cierta preocupación en el fondo de su corazón, terminó aceptando casi sin darse cuenta. —Sí, confío. Alonso sonrió. —Eso está bien, con que confíes es suficiente. Después de decir estas palabras, tomó de nuevo el celular y, con un tono repentino y preciso, le ordenó a su asistente que fuera a la casa de los Gómez para confirmar la seguridad de Elena. Aunque Alonso casi podía asegurar que Gustavo no tenía ese valor, pues no era más que un hombre que sabía muy bien como intimidar a las mujeres. Hacerlo al menos le daba a Regina un poco de tranquilidad, y con eso ya había razón suficiente para actuar. Marcos observaba atento la dirección en la pantalla y sentía cierta fam