Capítulo 336
Raquel asintió con la cabeza. —Es cierto, llevo más de tres años casada. Mi esposo, al darse cuenta de que no estamos, seguramente ya nos está buscando. Mi esposo debería encontrarme pronto. Raúl nos salvó, y mi esposo sin duda le agradecerá enormemente cuando llegue.
Raquel dijo esto de forma intencionada. Ahora, ella y Carlos, gravemente herido, se encontraban allí. Este Raúl la observaba con una mirada lasciva, por lo que ella tenía que mantenerse alerta.
Sin embargo, Carlos no estaba de acuerdo con la actitud de Raquel. En su opinión, ella ya se había divorciado de Alberto y ahora decía esas cosas, su descaro era insoportable.
Carlos intentó hablar, pero Raquel lo detuvo con una mirada fulminante. —¡Cállate!
Mientras decía esto, Raquel presionó su mano sobre la herida de Carlos. —¿Por qué no te mueres de dolor?
—¡Ah, duele! —Carlos gritó de dolor, con sudor frío apareciendo en su frente—. Raquel, ¿me crees que te mato?
En ese momento, el médico del pueblo intervino: —La herida en l

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