Capítulo 79
Al escuchar esa palabra "mamá", Alberto se sintió aliviado de que, aparte de él, nadie más supiera lo sucedido.
¿Acaso no le importaba su dignidad?
¡Nunca en su vida había hecho algo así!
Afortunadamente, Raquel se sintió reconfortada por su "mamá está aquí", se metió en el abrazo de Alberto y sus pequeñas manos se aferraron con fuerza a su estrecha cintura, sumergiéndose en un sueño profundo.
Alberto pensó que en verdad sabía cómo enganchar a las personas. Miró hacia abajo y la vio: ya no lloraba, pero las lágrimas brillantes aún humedecían sus largas pestañas, lo que la hacía aún más adorable.
Alberto sonrió levemente: —No soy tu mamá, soy tu papá. Raquel, ¿por qué no me llamas "papá" para escucharlo?
Raquel, dormida, no respondió en absoluto.
Alberto la abrazó por los hombros delicados y también se quedó dormido.
...
Al día siguiente, Raquel abrió los ojos.
Fuera, la luz del amanecer iluminaba todo, y los cálidos rayos del sol ya se habían filtrado dentro de la hab

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