Capítulo 930
Samuel alzó las cejas con cierta picardía. —No te tapes, ya he visto por completo cada parte de ti. No hay por qué avergonzarse.
Camila estaba tan furiosa que no pudo articular palabra.
Le lanzó una mirada fulminante.
Samuel extendió la mano cariñoso y le pellizcó con suavidad la naricita. —¿Dime tienes hambre?
Camila apartó su mano de un manotazo y respondió con sinceridad: —Sí, tengo hambre.
Samuel dijo: —Entonces iré a prepararte algo de comer.
Samuel se levantó de la cama después de destaparse y comenzó apresurado a vestirse.
Camila se sentía algo incómoda al mirarlo, pero no pudo evitar observarlo mientras se vestía aquel hombre increíblemente atractivo frente a ella.
Camila lo miró a escondidas. Vio cómo Samuel se ponía el pantalón y luego se abotonaba la camisa. Él tenía ese tipo de cuerpo que lucía musculoso sin ropa y delgado pero bien proporcionado con ropa puesta. Su figura era esbelta y elegante, con un fuerte sentido de la moda. Ahora llevaba puesta una camisa blanca y est

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