Capítulo 948
Ahora Alarico e Inés la estaban observando en las sombras. No podía alertarlos en este momento, debía fingir que había caído en su trampa.
Camila contestó. —Está bien, prometo tener a este bebé.
Samuel estaba eufórico. El bebé estaba en el vientre de Camila, y si ella no quisiera tenerlo, habría muchas maneras de hacerle daño. Ahora que lo había prometido, él se sentía feliz.
—¿Cuáles son tus condiciones?— preguntó Samuel.
Camila respondió con frialdad: —Terminemos. No vuelvas a buscarme nunca más.
Samuel quedó atónito.
Camila lo empujó con desprecio. —Samuel, realmente eres insoportable. No me molestes más. Terminamos.
Las venas en los ojos de Samuel se tornaron aún más rojas. Apretó los labios y cerró los puños. Unos segundos después, sus puños se relajaron. —Está bien, acepto terminar.
A Camila le dolió en lo más profundo de su corazón.
Samuel dijo: —Acepto la ruptura, pero si le pasa algo a mi hijo, Camila, nunca te lo perdonaré. Y todo el Grupo Guerrero sufrirá las consecuencias.

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