Capítulo 952

Paula se levantó. —Señor Samuel, gracias. Samuel dijo: —Me hace falta una secretaria. Ven al Consorcio Miramar y sé mi secretaria. Samuel había decidido que Paula fuera su secretaria. Inés no podía creerlo. —¿Samuel, en serio le diste a ella el puesto de secretaria? Camila presenció toda la escena. En realidad, ella también estaba sorprendida; las personas a su alrededor siempre habían sido hombres, nunca había existido una secretaria mujer. Ahora, Samuel rompía sus propias reglas para que Paula ocupara ese puesto. Alarico sonrió. —Señorita Camila, parece que el señor Samuel ha sentido compasión por Paula. Camila sintió una punzada de dolor en el corazón. Por dentro, Paula estaba tan feliz que apenas podía disimularlo; enseguida sus labios se curvaron en una sonrisa. —Gracias, señor Samuel. A partir de ahora, me esforzaré mucho y siempre lo obedeceré. Samuel asintió. —Mm. Paula se sentó al lado de Samuel y, muy obediente, le sirvió vino. —Señor Samuel, le sirvo vino. Los demás hombres