Capítulo 20

Marcos no murió. La bala le rozó el cráneo, se llevó media vida y también su identidad como heredero del Grupo Nexaris. Permaneció en la unidad de cuidados intensivos durante tres meses enteros y, al despertar, aunque logró conservar la vida, quedó con secuelas graves. Su pierna derecha sufrió daños en los nervios y caminaba cojeando. Sus manos temblaban sin cesar, incapaces siquiera de sostener con firmeza una pluma. Más importante aún, Don Emilio quedó completamente decepcionado de él. Un heredero que buscaba la muerte por una mujer, sin importar los intereses de la familia, era una vergüenza intolerable para los Cordero. Tras salir del hospital, Marcos fue despojado por completo de su poder. Don Emilio adoptó a un nieto astuto y capaz, que se convirtió en el nuevo heredero del Grupo Nexaris. Y Marcos, olvidado por la familia, regresó a vivir en la desolada casa de los Cordero, donde cada día lo acompañaba un silencio interminable. También llegó la sentencia contra Ana. Condenada por