Capítulo 264

Ignacio afirmó: —Ten confianza, tranquilo, la justicia no se hará esperar. —Eso está bien, tienes que esforzarte. —Claro, mi Patri me está esperando, ¿me extrañas? Patricia sintió cómo sus ojos se humedecían y, con voz suave, admitió: —Sí, te extraño. —Yo también te extraño. Cuando todo esto termine, Patri, ¿nos comprometemos?— Ignacio volvió a proponer matrimonio. Aunque lo hacía por teléfono y Patricia no podía verlo, no sabía qué expresión tenía ni cómo la miraba, podía imaginarlo: seguramente muy tierno, lleno de amor y cariño... Esta vez, no quiso rechazarlo nuevamente, y respondió en voz baja: —Está bien. Ignacio guardó silencio durante un minuto y luego, incrédulo, preguntó: —¿De verdad? —De verdad. Ignacio, te lo prometo,— dijo Patricia, su voz temblando de emoción. —Te lo prometo. Ignacio no pudo contener su alegría y exclamó frente a la puerta del tribunal. El abogado que acababa de regresar lo miró confundido, pues Ignacio había estado silencioso hasta ahora. ¿Qué había camb