Capítulo 91

Ignacio dijo: —Me gusta, ¿no se nota? Fue directo, expresando claramente a Marta la razón de su dulzura hacia Patricia, muy decidido y sin ver ningún problema en ello. Marta se sorprendió, frotándose los brazos: —¿Cómo no me di cuenta antes de que eras tan dulce? ¿O es que todos los hombres enamorados son así de tontos? —Ten cuidado con tus palabras, la calidad, siempre la calidad. —¿Calidad? ¿Qué calidad puedo tener frente a ti? Ya no quiero seguir fingiendo. Mi madre me insiste todos los días para que sea una mujer tierna, pero eso realmente no es lo mío. —No importa, ser tierna o no, es lo mismo. No tienes que fingir frente a mí ni frente a Patricia. —Vaya, Ignacio, creo que pronto escucharé buenas noticias sobre ustedes, ¿verdad? —Dijo Marta imitando su tono meloso. —No vas a adelantarte a tu hermana, ¿verdad? —No, Sara será más rápida, Patricia y yo vamos más despacio. —Ignacio tomó un sorbo de agua, ya que iba a conducir después, y aunque había pedido vino, no bebió a