Capítulo 50

"Lo sé, lo guardaré más tarde". "De acuerdo". Anne fingió pensar de repente en algo. "¿Puedo tomar prestado tu celular para hacer una llamada? Bueno… Lo siento, no podemos hacer llamadas durante el trabajo, pero tengo algo que decirle a mi familia…". "¡Está bien, aquí tienes!". El cliente amablemente le cedió el teléfono. "¡Gracias!". Anne llamó inmediatamente a su madre: "Mamá, ¿puedes comprarme un teléfono celular cuando tengas tiempo por la tarde? Uno barato. Lo recogeré cuando vaya a tu casa". Después de la conversación, ella le devolvió el teléfono al cliente. Eran alrededor de las once de la noche cuando Anne terminó de ducharse, se cambió de ropa y salió de casa. Ella salió de nuevo por la puerta trasera. Ella no se dio cuenta del Rolls Loyce que había entrado en su zona. A través de las ventanillas ahumadas del coche, los ojos fríos y negros de Anthony miraban a lo lejos, como una bestia que contempla a su presa en silencio. Sus delgados dedos descansaban sobre la ba