Capítulo 104
—¡Ah, ah, aléjate!
Ángeles limpió el marco de la foto y lo devolvió a su lugar.
Luego, mirando fijamente a Paula, le dijo con frialdad: —¿Sabes siquiera lo que significa esa frase de tener la conciencia tranquila? Los que hacen daño son ustedes. ¿Y todavía quieres manipular a otros para que carguen contigo el peso de tus pecados? ¿Con qué derecho?
Paula retrocedió varios pasos, aterrada no solo por el tono intimidante de Ángeles, sino también por la escena que la rodeaba y el cadáver de Lucía al fondo.
—No voy a discutir contigo. Ya veremos, Ángeles. Algún día, ¡te voy a pisotear!
Dicho esto, se dio la vuelta y salió corriendo.
Ángeles, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos, levantó la voz y le dijo: —Paula, en los sueños de medianoche, no vayas a soñar demasiado...
Los pasos de Paula se tambalearon visiblemente por un momento.
Esa noche, Ángeles permaneció en el frío y apartado patio.
De vez en cuando, algún sirviente pasaba a dejarle algo, pero la mayor parte de

링크를 복사하려면 클릭하세요
더 많은 재미있는 컨텐츠를 보려면 웹픽을 다운받으세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.