Capítulo 543
Después de que Ángeles tratara las heridas de Vicente, justo cuando estaba a punto de guardar el botiquín, él la detuvo.
—¿Qué pasa? ¿Tienes alguna otra herida?
Vicente no respondió, sino que tomó la pantorrilla de Ángeles y comenzó a desatar sus cordones, aparentemente con la intención de quitarle los zapatos...
Ángeles se sobresaltó antes de darse cuenta de lo que sucedía y rápidamente retiró el pie, con una expresión incómoda en su rostro: —¿Qué… qué estás haciendo? ¡Suéltame!
—No te muevas —Vicente la reprendió suavemente, continuando con su tarea—: También necesito tratar esas ampollas en tus pies.
—Puedo hacerlo yo... Déjame, suéltame...
Ángeles se sentía incómoda, no tanto por el hecho de que él aplicara el medicamento, sino por... Después de haber corrido tantos días en la selva, los pies se calientan y sudan, y estando cubiertos durante tantos días, uno puede imaginar lo mal que deben oler.
¿Acaso no tiene dignidad?
Sin embargo, Vicente la miró de reojo, sonriendo entre diente

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