Capítulo 215
Al día siguiente era Año Nuevo.
Luisa fue a visitar la Casa González.
Carla y Miguel estaban en casa.
En cuanto Luisa entró, Carla la recibió con una sonrisa: —Luisita, ya volviste, estamos por servir la comida, ve a lavarte las manos primero.
Luisa se había embriagado la noche anterior y no despertó sino hasta las once de la mañana. Se dio prisa en ducharse, cambiarse de ropa y manejar de regreso a casa, justo a tiempo para la hora de la comida.
Violeta corrió hacia ella con sus zapatitos de charol haciendo ruido al pisar: "tac, tac, tac", y abrazó la pierna de Luisa. —¡Luisa!
Luisa, sonriendo con dulzura, sacó un regalo de su bolso y se lo entregó a Violeta. —Violeta, ¡feliz Año Nuevo!
Ella sonrió encantada y, al recibir el regalo, le dio un beso en la mejilla a Luisa.
Miguel le pasó una bolsa. —Tu regalo de Año Nuevo, ¡ábrelo!
Luisa la recibió con desconcierto y la abrió.
Dentro había una llave y un título de propiedad.
Miguel habló con tono sereno: —Luisita, este departamento está

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