Capítulo 346
Andrés regresó a Puerto Bella una semana después.
El viento de finales de abril en Puerto Bella traía consigo un calor suave.
Andrés vestía una camisa negra y pantalones de vestir, con hombros anchos, cintura estrecha y una figura erguida. Su rostro, de rasgos hermosos, mostraba cierta frialdad distante, y en su mirada se reflejaba una oscuridad profunda como un mar tenebroso.
Sin embargo, toda esa frialdad en sus ojos se desvaneció en el instante en que vio a Luisa, reemplazada por una ternura profunda y afectuosa.
Luisa, al ver a Andrés, pensó que solo venía a 'inspeccionar' el trabajo como de costumbre, así que lo saludó: —Jefe Andrés, buenos días.
Andrés echó un vistazo a un rostro nuevo dentro de la oficina, pero enseguida retiró la mirada con indiferencia y le extendió una caja: —Luisita, ábrela y mira.
Allí estaba la foto de Rosa, una guardaespaldas personal que Miguel había contratado para Luisa. De origen chino.
Rosa llevaba el cabello corto hasta las orejas. Su piel era de un

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