Capítulo 274

Inmersa en los recuerdos, Stella se quedó profundamente dormida. Soñó que estaba en el fondo del mar, dejándose llevar por la corriente, aturdida. Parecía como si una fuerza invisible la obligara a hundirse, impidiéndole flotar hacia la superficie, por más que intentara ascender. “¡Cariño, cariño!, ¿qué te pasa? ¡Despierta, vamos, despierta!” Vagamente, Stella escuchaba la voz de un niño llamándola. Pero el sonido se perdía en la distancia, como si se hubiera transmitido hacía siglos. Su sentido de la realidad se había desvanecido por completo. Abrió los ojos y trató de enfocar su mirada borrosa, como en un trance. Adrian estaba boca abajo en la cama, mirándola. “¿Qué pasa, cariño? ¿Tenías una pesadilla? Por más que trataba de despertarte, no respondías”, dijo el niño, haciendo pucheros. “¡Oh, lo siento, Adrian! Me quedé profundamente dormida”. Cuando trató de levantarse, la joven descubrió que tenía la pierna derecha completamente entumecida. El menor movimiento le provocaba un desagr