Capítulo 347

Él siempre había mantenido una actitud divertida y cínica, pero, a decir verdad, no era esa su forma de ser. A menudo, se sentaba solo en el suelo, por la noche, y miraba distraído la luz de la luna. No deseaba ser así; en realidad, anhelaba otra vida, pero la soledad se había apoderado de él. Sabía que muchas personas en el mundo eran infelices, pero al menos, vivían libremente. Él, sin embargo, no acababa de descubrir qué actitud debía asumir para sentirse en libertad. Había mucho vacío en su alma, y no sabía cómo llenarlo. Se sentía aturdido y desorientado, como un muchacho recién graduado de la universidad, que ya había salido de ella y no tenía idea de a dónde iría y cómo sería su futuro. En todo caso, comprendía que era necesario superar ese aturdimiento, y que debía hacerlo solo, porque la gente tenía demasiadas cosas en que preocuparse. Recordó que, siendo universitario, no le gustaba tomar bebidas alcohólicas, sólo zumo de naranja. Muchos compañeros se reían de él porque, sie