Capítulo 418

Por lo tanto, uno debía enriquecer su vida interior constantemente, porque si lo perdías todo y te quedabas solo, lo que guardaras dentro de ti jamás se desvanecería. Stella siempre había recordado esas palabras que su abuela le decía cuando era niña. Ella solía pasar algunas temporadas con Grace, a veces durante las vacaciones de verano y otras durante el invierno. El verano era especialmente agradable, ya que había un arroyo cercano que discurría hasta un lago. Le encantaba meter los pies en el agua clara mientras observaba las mariposas y las libélulas, los peces que saltaban fuera del agua de vez en cuando, las aves acuáticas y a los hombres pescando. En invierno, el lago se congelaba, los peces se escondían bajo el agua, las aves volaban hacia el sur, los arroyos se congelaban y el mundo entero se cubría de blanco. Entonces se vestía con ropa gruesa y acolchada de algodón, y se iba junto a su abuela a caminar en ese mundo maravilloso para construir muñecos de nieve. Cuando creció,