Capítulo 118

Vivianna regresó corriendo a su habitación y cerró la puerta, sin saber qué hacer. Estaba jadeando y con el corazón acelerado. Le tomó mucho tiempo darse cuenta de lo que sucedía, ya que no entendía el mundo de los hombres y tampoco quería hacerlo. Sencillamente, no deseaba pensar en eso. Cuando empujó la puerta y salió de la habitación, vio a Augustine sentado en la mesa comiendo. Entonces, se acercó con el rostro aún sonrojado, pero no se atrevió a mirarlo a los ojos. Por un momento, todo permaneció en absoluto silencio. Sin embargo, Augustine la miró un par de veces con un cierto brillo interesante en sus oscuros ojos. Al observar su cara ruborizada, él pensó que ella era la única que estaba feliz en ese momento y se sonrió más abiertamente. Vivianna levantó la cabeza y le dijo: "¡Buen provecho!" Augustine tenía mucha hambre, pero además le habían gustado los platos fritos que ella había preparado. Incluso se tomó varios cuencos de gachas. Después de recoger los tazones y los palill