Capítulo 135

A las nueve de la noche, Augustine bañó al pequeño como de costumbre. El ambiente parecía distinto con la presencia del hombre de la casa, ya que por alguna razón Vivianna se sentía tranquila, algo que realmente necesitaba. La joven se fue a la habitación a terminar el diseño que tenía pendiente. La mesa de trabajo era un desastre por causa del famoso dibujo, pero igual se sentó y se dedicó a culminar su labor. Estaba tan concentrada que no se dio cuenta de que ya era muy tarde. Cuando volvió a la realidad, vio el reloj y se percató de que era las diez. Entonces se preguntó si Zeph estaría dormido. Al instante, colocó la pluma sobre la mesa, se levantó y salió de la habitación. Al hacerlo, vio la puerta del niño cerrada y una luz encendida en el pasillo, lo que indicaba que Augustine ya se había ido a su dormitorio. Seguía un poco inquieta y decidió abrir la puerta de Zeph. Al entrar se percató de que su hijo dormía profundamente bajo la luz tenue de la habitación. La joven no pudo evi