Capítulo 411

Vivianna decidió preguntarle a Margaret si ella podía tomarse un descanso. La noche no era fría, así que dar un paseo sería una buena idea. Fuera del ascensor del apartamento, el esbelto brazo de aquel hombre la abrazó, frotando suavemente su cintura. La punta de su nariz, alta y recta, estaba hundida en su cabello, aspirando su delicada fragancia. Vivianna sabía que cuando este hombre se ponía así, le resultaba difícil apartarlo. Ella se planteó entonces un interrogante: ¿Acaso durante los últimos veintiocho años no había habido otras mujeres en su vida? "Quiero que me respondas una pregunta con toda sinceridad, Augustine: ¿Ha habido otras mujeres en tu vida antes que yo?", quiso saber. En cuanto ella traspuso el umbral, se lanzó sobre él con la fuerza de un chorro de agua. Augustine parpadeó con aire de inocencia. "¡Por supuesto que no!", respondió sin vacilación. La mirada de aquel hombre era completamente cristalina, libre del menor rastro de impureza, y, cuando la dirigió hacia Vi