Capítulo 89

Ese debía ser el rostro más hermoso que Vivianna había dibujado. La chica quedó cautivada por sus ojos brillantes, que la hicieron sentir como si estuviera a punto de perderse en su profundidad. Llegó el momento en que no soportaba seguir mirándolo y tuvo que fingir que revisaba los instrumentos de dibujo que estaban sobre la mesa. Además, era difícil de ignorar esa poderosa energía que él despedía por todos los poros de su cuerpo. En ese momento, así como estaba, en absoluto silencio, Augustine parecía un emperador que llenaba la noche oscura con su presencia majestuosa. "No te muevas. Voy a empezar a dibujarte", ordenó ella con voz firme. El joven levantó los labios ligeramente, de una manera bastante sexi, y sus ojos se llenaron de un brillo seductor que embellecía todavía más su encanto varonil. Vivianna miró fijamente ese rostro frío y sosteniendo el lápiz con los dedos dibujó el contorno de su cara, centímetro a centímetro. Lentamente, ese rostro perfectamente esculpido apareció