Capítulo 64

Hoy, Bruno y Pedro no estaban en casa. Cuando regresaron por la noche, se enteraron de que Carlos había venido a molestar a María y de inmediato ordenaron al mayordomo: —De ahora en adelante, si es de la familia García, no dejes entrar a ninguno. Luego, se dispusieron a ver a María. Temiendo que la familia García hubiera hecho sufrir nuevamente a su hija. Justo cuando iban a subir las escaleras, vieron a María bajando con el pequeño zorro en brazos, y, sorprendentemente, seguida por alguien más. Nicolás la seguía furioso, interrogándola a gritos: —¿Qué pasó con mi brazo hace un rato? ¿Me hiciste algo, María? ¡Te aconsejo que confieses! —Si no fuera por mí hoy, ya te habrían fastidiado esos de la familia García. ¿No eras muy valiente cuando te enfrentabas a nosotros? ¿Y ahora no puedes decir nada ante ellos? ¡Estás dejando mal a la familia Fernández! Pedro frunció el ceño instintivamente al ver a Nicolás molestando a María, pensando que el muchacho estaba causando problemas de nuevo. Ju