Capítulo 17

Cada martes a las tres de la tarde, Sofía se presentaba puntualmente en la consulta psicológica. Ella ya había tomado la decisión de tratar seriamente su depresión. En la primera sesión, permaneció en silencio todo el tiempo, acurrucada en el sofá, con los dedos retorciendo inconscientemente el borde de su ropa. En la segunda, empezó a relatar, entrecortadamente, los detalles de aquellas veces en que había sido sometida a hipnosis. En la tercera, lloró por primera vez durante la terapia. Ramón la esperaba fuera cada vez. A veces llevaba un libro, a veces un cuaderno de dibujo, pero la mayoría de las veces simplemente se sentaba en silencio, asegurándose de que, al salir, ella pudiera verlo en cuanto levantara la vista. —Hoy hablé de la abuela. —Tras una de las sesiones, Sofía lo dijo en voz baja mientras estaba sentada en el auto—. Resulta que siempre me he estado culpando por no haber protegido la última foto que dejó. Ramón no la consoló; solo le pasó una taza de café tibio. —¿Quiere