Capítulo 17

—Y yo que pensaba que los estudiantes que lograban entrar a la Universidad Selva tenían un alto coeficiente intelectual. Ahora veo que no es requisito. Silvia intervino rápidamente: —Yo nunca creí en esos rumores. Adrián asintió: —Yo tampoco. La actitud de Adrián, claramente inclinada hacia Clara, hizo que Rocío sintiera una punzada de rabia en el pecho. Una de las chicas a su lado la empujó suavemente por el hombro: —Rocío, mira hacia allá. Aunque el grupo cenaba en un salón privado, como aún no habían servido todos los platos, la puerta permanecía abierta, lo que permitía ver claramente hacia el pasillo. Siguiendo la dirección que le señalaba la chica, Rocío distinguió un rostro familiar. —Tío Sergio. Él, que había ido al restaurante acompañado de algunos amigos, se volvió hacia ella. Pero lo primero que captó su atención no fue la joven que lo llamaba "tío Sergio", sino el rostro de Clara, cuya presencia destacaba entre la multitud. Después de intercambiar unas palabras con sus acom