Capítulo 20

Ella preguntó con cierta duda: —¿No te preocupa que nuestra relación pueda hacerse pública por esto? Sergio respondió con firmeza: —Es de absoluta confianza. —Si tú estás tranquilo, yo también. —Dijo Clara, compartiendo el mismo deseo de resolver cuanto antes el misterio. Al igual que la vez anterior, cuando apareció en la cama de Clara, Sergio solo vestía un pijama de seda. Para poder salir, tuvo que llamar a Hugo y pedirle ayuda. Una hora después, Hugo llegó con una bolsa en la mano y llamó a la puerta del departamento de Clara. Al ver a Sergio sentado a la mesa comiendo fideos instantáneos, por un instante creyó que su vista lo estaba engañando. Clara lo invitó a pasar: —Siéntate donde quieras. Terminamos de comer y vamos. Hugo no era un hombre fácil de impresionar, pero lo que veía frente a él resultaba casi imposible de asociar con el siempre impecable y poderoso señor Sergio. Mientras su mente trataba de asimilar la escena, Sergio terminó su comida y le explicó con calma lo suced