Capítulo 78

Silvia lo miró con una expresión desconocida: —Jefe Diego, ¿qué esperaba exactamente de mí? —¿Llamar eso una disculpa sin ni siquiera inclinarte? —Diego la miró con una intensidad opresiva. Elena, por instinto, tomó su brazo, intentando calmar la situación: —¿Por qué no dejamos todo esto de lado? Eso no fue para tanto, y además, Silvia no lo hizo a propósito ayer. —No importa si fue a propósito o no, el daño está hecho. —Respondió Diego, su tono frío e inmutable. En ese momento, la sangre de Elena se congeló. Había sido testigo de la adoración extrema de Diego hacia Silvia durante cinco largos años, y ver cómo en solo unos cuantos días se había vuelto tan implacable, le hacía temer cómo reaccionaría si algún día descubría que ella le había mentido. No se atrevía ni siquiera a pensar en las consecuencias. Silvia, al escuchar esto, no cambió su expresión. Había venido preparada mentalmente para enfrentar las dificultades que él pudiera ponerle. Miró de nuevo a Elena y se inclinó.—Lo sien