Capítulo 1093

Después de que el agua volviera a fluir, Diana siempre lo miraba con adoración y gritaba: "¡Julian, eres increíble!". En realidad, todo el proceso era muy sencillo. Julian nunca dejaba que Diana hiciera nada, lo que hacía parecer que él sabía hacerlo todo. A Julian le gustaba la forma en que ella lo miraba. Cada vez, le hacía sentir como si pudiera contentarse con ser un manitas, jardinero o carpintero corriente, en lugar del Director General de la Corporación Fulcher. Solía ayudarla a cuidar el jardín e incluso le hizo un sofá con sus propias manos. Ella siempre se alegraba al verlo ensuciarse las manos arreglando cosas. Quizá porque esos asuntos triviales a menudo ponían a uno de los nervios de punta, él siempre estaba cerca para ayudarla con esas cosas. Después, siempre se quedaba y se bañaba con Diana. La temperatura empezaba a subir a medida que crecían sus deseos mutuos... Su mente divagaba hacia aquellos veranos de calor sofocante, en los que la pasión y la alegría est