Capítulo 332

Su vida en ese momento era mucho más hermosa y feliz que sus últimos tres años esperando quedarse embarazada. Julian no dijo nada a su afirmación. Se sentó y dijo, "El embarazo es duro. Deja que te dé un masaje". Mientras decía eso, ya había empezado a amasarle las piernas, el cuello y los hombros. De hecho, el método que utilizaba parecía bastante profesional. A Diana le resultó difícil negarse, aunque lo deseaba. Cerró los ojos y se inclinó cómodamente ante sus caricias. "¿Recibiste clases sobre esto?". "Sí. Uno no puede tener demasiadas habilidades". Era fácil decirlo, pero en realidad Julian acababa de aprender esta habilidad. Temiendo hacer algo mal y provocar el efecto contrario en una mujer embarazada, también le pidió a un famoso masajista que le enseñara el arte, y ahora le estaba mostrando a Diana la labor de su trabajo. Sin embargo, Diana no necesitaba saber los problemas por los que pasó para eso. Era su esposa, y simplemente necesitaba disfrutarlo. Lo mejor sería