Capítulo 83

Todos escuchaban con gran interés, pero de repente fueron interrumpidos, lo que les hizo fruncir levemente las cejas. Sara, de pronto, sintió cierta vergüenza. ¿Qué le pasaba a Carmen? ¿Acaso no sabía que interrumpir de golpe a alguien mientras hablaba era una falta de educación y de modales? Aunque no le agradaba María, en una ocasión como esa debía contenerse. María habló con un tono sereno: —¿Puedo saber cuál es tu pregunta? Ella ya había previsto que las cosas no serían tan sencillas. —Lo que has dicho se puede encontrar fácilmente en internet, no es nada especial. ¿De qué sirve hablar bonito? Mejor sería que todos pudiéramos ver tu técnica para preparar café —dijo Carmen con desdén. ¿Hablar de palabra? Eso cualquiera lo hacía. Pero preparar café era todo un arte. —Agradezco la confianza de todos. Entonces les mostraré el método de preparación del café arábica. La voz de María sonaba clara y suave. La sala quedó en silencio y todas las miradas se centraron en ella. María tomó prime