Capítulo 58

Raúl sonrió ampliamente y agitó la mano. —Está bien, tranquilo, total ya te rompiste la mano, yo tampoco perdí nada. Hoy estoy de buen humor y, por lo tanto te perdono. En ese momento, Camila tampoco necesitaba ignorarlo más, así que simplemente recibió sus disculpas con indiferencia. Julia no podía creer lo que veía en todo momento. Ignacio había guardado el escrito de autocrítica que ella había preparado para él, y además había pedido disculpas con tal sinceridad. ¿Por qué? ¡Ignacio no había hecho nada malo! ¡Raúl fue quien le rompió la mano, así que el que estaba equivocado era Raúl! Ignacio bajó silencioso del escenario, todavía con la mente un poco aturdida. Todos lo rodeaban, hablando a la vez para explicarle en detalle la situación. Entonces fue cuando se dio cuenta de que se habían equivocado. Por eso, las voces de protesta que escuchó antes, estaban dirigidas era hacia Raúl. Pero ahora esto ya no importaba. Esa sensación se había clavado en lo más hondo de su corazón, desgasta