Capítulo 81

Ignacio estupefacto abrió los ojos de par en par. Julia se sorprendió primero, un destello de júbilo cruzó su mirada, pero su rostro mostraba ansiedad mientras decía: —¡¿Cómo es posible?! ¡Seguro estás diciendo tonterías! Ella es tan poderosa, perfectamente puede intimidar a otros, pero ¿quién se atrevería a intimidarla a ella? ¡No lo creo! Raúl torció la boca. —Si no lo crees, entonces ve y pregúntale a ella, ¿para qué me preguntas a mí? ¿Acaso te has vuelto loca o qué? Julia sintió ira en su interior. ¡Ese Raúl era un desgraciado! Todos los demás la trataban con cortesía cuando la veían, pero sólo este miserable Raúl siempre la irritaba. Y cuanto más era así, más deseaba que Raúl se enamorara de ella, para satisfacer su incontrolable deseo de conquista. Se volteó hacia Ignacio y dijo: —Bruno, vamos a llamar a Camila otra vez, ahora vivimos en una sociedad de leyes, seguro que no le ha pasado nada. Lo decía con la boca, pero en su corazón rezaba: ojalá alguien la asesine, para que nun